Para abordar los procesos de neurodegeneración acontecidos
en el ser humano, como en la enfermedad de Huntington, son de gran utilidad y
apoyo los modelos experimentales, tanto los que usan animales transgénicos como
los inducidos por neurotóxicos, a pesar del salto filogenético que implica su
uso.
–Transgénicos propiamente denominados: aquéllos que
tienen incorporado en su genoma un fragmento de ADN exógeno con un número de
copias en tándem y al azar (por ejemplo, YAC72, YAC128, R6/, R6/2). El R6/2 es
uno de los más utilizados, ya que manifiesta una forma muy agresiva y similar a
la variante juvenil.
–Knock-in: aquéllos en los que se ha sustituido un
gen normal para la proteína Htt, insertándose una secuencia codificante o el
gen completo para la mHtt en la localización exacta dentro del brazo corto del
cromosoma 4, lo que le va a conferir otras propiedades determinadas (por
ejemplo, CAG140).
–Knock-out: inactivación de los dos alelos de un gen
(por ejemplo, Htt). Según nuestro conocimiento, estos modelos en roedores no
muestran algunas de las alteraciones cerebrales (inclusiones nucleares y
agregados de neuropilo) y modificaciones de la conducta (distonía y corea) que
padecen los pacientes con esta enfermedad. Por ello, se han desarrollado
modelos de primates no humanos transgénicos, utilizando al macaco rhesus, que
adicionalmente reproduce modificaciones cerebrales y conductuales similares a
las del ser humano (inclusiones nucleares, agregados de neuropilo, distonía y
corea).
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